Regula los niveles de colesterol, reduce el colesterol
malo (LDL) y aumenta el beneficioso (HDL).
Evita el envejecimiento prematuro (físico y cerebral),
neutralizando los radicales libres.
Previene la arterioesclerosis, gracias a la función
reguladora de la tensión arterial del ácido oleico. Protege de las enfermedades
cardiovasculares en general.
Facilita la digestión, con efectos benéficos sobre la
gastritis y las úlceras de estómago.
Mejora la absorción intestinal y la función de la vesícula
biliar (ayuda a evitar la formación de cálculos biliares).
Facilita la evacuación, evitando el estreñimiento.
Mejora el perfil glucémico de los casos de diabetes.
Contribuye a la prevención de los cánceres de mama y de
colon.